sábado, 13 de noviembre de 2010

Adiós al más ilustre austrohúngaro

El nacimiento de este blog puede resultar muy curioso. Durante una clase en la que el tema principal era el cine de Berlanga, tres compañeros de clase comenzaron a divagar acerca de las grandezas del genio de Valencia y de sus películas.

A lo largo de la conversación fueron muchas las películas y los momentos de éstas que comentamos, pero fue una de ellas, "Tamaño Natural", la que, al parecer, iba ganando la batalla a otras obras del cineasta como la trilogía del "Marqués de Leguineche", "Plácido", "El verdugo" o "Bienvenido Mr.Marshall". El motivo de esta supremacía era muy claro: en esa película, el humor irónico y un tanto absurdo del que hacía gala el genio berlanguiano había conseguido fusionarse con otro aspecto clave en la vida del cineasta: la pasión por el erotismo.

En ese momento todos los pensamientos y opiniones que se estaban vertiendo en ese apasionado debate parecieron adquirir un nuevo rumbo. Era palpable el deseo que aquellos tres compañeros tenían de homenajear al cineasta,por lo que la creación de este blog, cuna del erotismo, cobertizo de la literatura más desprestigiada, pero, ante todo, lugar de creación en el que la sombra de Berlanga siempre estaría presente, incluso hasta después de su muerte.

Es por ello que hoy, a pesar de la marcha de uno de los últimos bastiones de una filosofía de vida y de trabajo con la que todos nosotros comulgamos, desde este blog, humildemente, honramos la desaparición de un personaje que, de forma totalmente plausible, deambulará por todos y cada uno de nuestros relatos buscando refugio en nuestras letras, nuestras historias, pero, sobre todo, legitimando nuestros anhelos y deseos y exhortándonos, de forma impersonal pero, a la vez, de la forma más cercana posible, a recoger su testigo que, desde aquí, recogemos con la mayor de las ilusiones.

La literatura erótica ha perdido a un hijo. Cuaderno de Eros ha perdido a su padre.

1 comentario:

  1. Adiós a un maestro. Con su cine se ha ganado el altar de la inmortalidad.

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